Ya tenía ganas de leer este libro, regalo de una amiga por mi cumpleaños, o por Navidad, no lo recuerdo bien.
Cuando leí la sinopsis del libro me pareció bastante interesante, ya que la idea de que Dios y el diablo se pusieran de acuerdo por una vez era interesante, aunque sólo fuera para hacer una competición jugándose el destino del mundo. Además de los protagonistas, Zofia y Lucas hay un personaje, Jules, me llama la atención porque, para ser un libro escrito en 2003, refleja las consecuencias de la crisis que vivimos, ya que Jules es un señor que se queda sin trabajo en una edad avanzada por culpa de los recortes de personal.
Dios es el tipo más gracioso de todo el libro, a pesar de tener un trasfondo serio. Lo mismo quiere cambiar de nombre -que lo de "Señor" le hace muy mayor- que dice que le gusta que los humanos tiren cohetes o nos sorprende con amistades peligrosas al final del libro. La pena es que sale muy poquito, pero cuando aparece, como se suele decir, parte la pana.
El ritmo del libro es un poco raro, porque al principio se presentan los personajes principales (Lucas y Zofia) con un relato de su día a día, pasando de uno a otro y cortando el ritmo constantemente, cosa que a mi particularmente no me gusta nada, de hecho hasta la página 89 -de 207 que tiene- no le pillé la gracia a la narración.
Además de los rasgos excesivamente romanticones que tiene el libro, había partes que no estaban nada mal, sobre todo en los fragmentos en los que el autor reflexiona con la idea de los opuestos y los términos medios, pero supongo que mi naturaleza poco romántica ha impedido que disfrute más del libro como lo podría hacer una niña adolescente con un ideal del amor muy parecido al que muestra el libro, por otra parte, publico al que va dirigido el libro.
Si estáis de acuerdo o no ya me lo comentaréis. Y hasta aquí la reseña.
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